Catequesis Familiar

Familia cateq

El Tren

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EL TREN DE LA CATEQUESIS FAMILIAR.- 1.-0000 EL TREN DE LA CATE. FAMILAR.- 2º.-

Introducción

INICIARSE EN LA FE EN FAMILIA

Tienes en tus manos un material al que llamamos El tren de la catequesis familiar. Con él queremos llevar a cabo a modo de catequesis familiar el rico contenido del Catecismo de la Conferencia Episcopal Española:  Mi encuentro con el Señor y Jesús es el Señor.

La familia como ámbito o medio de transmisión de la fe

No nos cabe duda de que los padres de familia son los primeros educadores en la fe. La familia ha sido definida como una “Iglesia doméstica”. En ella lo que se reflejan los diversos aspectos o funciones de la vida de la Iglesia entera: misión, catequesis, testimonio, oración… La familia, en efecto, al igual que la Iglesia, “es un espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde éste se irradia”.

Coincidimos con lo que afirma el Directorio General de Catequesis en el número 255:

“La familia como ‘lugar’ de catequesis tiene un carácter único: transmite el Evangelio enraizándolo en el contexto de profundos valores humanos. Sobre esta base humana es más honda la iniciación en la vida cristiana:

  • El despertar al sentido de Dios.
  • Los primeros pasos en la oración.
  • La educación de la conciencia moral.
  • La formación en el sentido cristiano del amor humano, concebido como reflejo del amor de Dios Creador y Padre.

Se trata, en suma, de una educación cristiana más testimonial que de la instrucción, más ocasional que sistemática, más permanente y cotidiana que estructurada en períodos.”

Asímismo, el mensaje final del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva evangelización afirma:

“Desde la primera evangelización la transmisión de la fe, en el transcurso de las generaciones, ha encontrado un lugar natural en la familia. En ella los signos de la fe, la comunicación de las primeras verdades, la educación en la oración, el testimonio de los frutos del amor, han sido infundidos en la vida de los niños y adolescentes en el contexto del cuidado que toda familia reserva al crecimiento de sus pequeños. No se puede pensar en una nueva evangelización sin sentirnos responsables del anuncio del Evangelio a las familias y sin ayudarles en la tarea educativa.”

 

La familia como destinataria de la nueva evangelización

En este tiempo de nueva evangelización, la familia está llamada a ser, a la vez, no solo sujeto de la transmisión de la fe, como poníamos de relieve antes, sino también destinatario.

Frecuentemente, las personas (las familias) que acceden a la catequesis de infancia necesitan, de hecho, un primer anuncio, una verdadera conversión. En este caso, la catequesis tiene que suplir este primer anuncio, que sería el primer paso de toda evangelización, paso previo para poder iniciar la catequesis.

Los padres están necesitando, normalmente, una evangelización cuando vienen a pedir la primera comunión para sus hijos. Es a ellos a los que hay que evangelizar. Si son evangelizados, los hijos verán la referencia.

La catequesis familiar: un proceso evangelizador y de iniciación en la fe

Por todo lo anteriormente dicho, proponemos esta experiencia de catequesis familiar. Una experiencia que ha sido realizada con muchas familias, que viven también en situaciones diversas. Una experiencia real con abundantes frutos.

Esta catequesis familiar:

  • No consiste en que los padres, ellos solos, inicien en la fe a sus hijos. Si bien este material ayudará a las familias en su tarea de educación en la fe.
  • Sí consiste en que, con motivo de la petición a la parroquia o comunidad de la “primera comunión” de los hijos, se tome en serio a los padres y se les despierte o se les reinicie su propia fe. Y ello, precisamente implicándoles en los temas propios de la catequesis de iniciación cristiana. De este modo, la iniciación en la fe afecta a todos los miembros de la familia.

La catequesis familiar no se constriñe al mero núcleo doméstico. Como toda auténtica catequesis nace, se desarrolla y conduce a la comunidad cristiana, de ahí el papel complementario e imprescindible de esta. De la comunidad cristiana nace siempre el anuncio del Evangelio, invitando a los hombres y mujeres a convertirse y seguir a Jesucristo. Y es esa comunidad la que acoge a los que desean conocer al Señor y adentrarse en una vida nueva.

La comunidad cristiana es el origen, lugar y meta de la catequesis. Estamos convencidos de que la catequesis de infancia y la catequesis familiar funcionarán, si se implica a los padres y a la entera comunidad parroquial.

Como afirma la exhortación apostólica Catechesi tradendae en su número 68:

“El hecho de que estas verdades sobre las principales cuestiones de la fe de la vida cristiana sean así transmitidas en un ambiente familiar impregnado de amor y respeto permitirá muchas veces que deje en los niños una huella de manera decisiva y para toda la vida. La catequesis familiar precede, pues, acompaña y enriquece toda otra forma de catequesis.”

Os invitamos, pues, a subiros a este tren de la catequesis familiar.

 

La catequesis familiar tiene como objetivos

  •   Proponer, valorar   y acoger la nueva evangelización, que pasa por evangelizar a los padres, a la   familia.
  •   Redescubrir una   fe, personal y eclesial, un tanto en paro, o abandonada desde la infancia.
  •   Iniciar en la fe   a toda la familia.
  •   Valorar la   iniciación cristiana.
  •   Crear nuevos   espacios gratuitos de diálogo en la familia.
  •   Mover a los   padres en la tarea de educar y de educar también en la fe.
  •   Promover en la   familia, de forma natural, el despertar religioso de los hijos.
  •   Facilitar a los   padres la pedagogía de la fe.
  •   Favorecer la   psicología del niño yendo todos los educadores a la par.
  •   Hacer un proceso   sistemático de iniciación cristiana a través del espejo de los padres
  •   Apoyarse   mutuamente creando verdaderos grupos de padres.
  •   Incorporarse a la   comunidad y sentirse Iglesia. La catequesis de iniciación no cumple su fin, si no va   orientada hacia la comunidad parroquial. La comunidad parroquial debiera ser   el punto de llegada y de partida.
  •   Unir fe y vida,   dando sentido cristiano a toda la existencia.
  •   Iniciarse en la   oración cristiana.   Enseñar a orar, orando.
  •   Redescubrir y   valorar el sacramento del Matrimonio.
  •   Ser animadores y   estímulo de otras familias.
  •   Gustar la alegría   del Evangelio y de la Iglesia.
  •   Crear nuevos   espacios gratuitos de diálogo en la familia.
  •   Darse cuenta de que la catequesis es para iniciarse y   madurar en la fe cristiana, no solo para hacer la primera comunión.
  •   Descubrir progresivamente el paso a la celebración de   la eucaristía dominical.
 

La catequesis familiar va orientada hacia el Dios de Jesucristo,   hacia la comunidad eclesial y hacia la vida.

 

El tren de la catequesis familiar

Nuestra propuesta es un proceso de iniciación en la fe, desde la perspectiva de la catequesis familiar.

Para un buen camino de iniciación cristiana, lo lógico es empezar la catequesis familiar con el catecismo Los primeros pasos en la fe, del Secretariado Nacional de Catequesis, a partir de los 5-6 años, cuando el niño comienza la educación primaria.

Sin embargo, en nuestros días, lo más probable es que, como hemos dicho antes, sea con ocasión de la primera comunión de los hijos cuando la familia se vuelve a acercar a la Iglesia. Por eso, presentamos, en primer lugar, este material centrado en el Catecismo Jesús es el Señor, que es el catecismo para la Iniciación cristiana de los niños de 6 a 10 años.

En este proceso de iniciación queremos combinar, aunar, entrelazar:

  • La enseñanza y aprendizaje realizado en el ámbito del hogar, en el cual los padres y los hijos, compartiendo sus descubrimientos, son reiniciados, unos, e iniciados, otros, en la vida cristiana.
  • La guía, el acompañamiento y el testimonio de la comunidad cristiana a la que cada familia está llamada a incorporarse (casi siempre será la comunidad parroquial, pero queremos tener en cuenta otras realidades de vida comunitaria).

Este proceso, este tren, tiene cuatro momentos fundamentales o fases que luego desarrollaremos ampliamente y que ahora exponemos en el siguiente esquema:

La propuesta de catequesis familiar e implicación de los padres

La catequesis familiar en el hogar

La catequesis familiar en la comunidad

La incorporación a la comunidad parroquial

El material que tienes en tus manos

Nuestro planteamiento tiene como centro el catecismo Jesús es el Señor. Él debe dominar sobre el resto de los materiales; él debe ocupar el centro de nuestras miradas.

Nuestra aportación consiste en una serie de fichas-guías complementarias que ayudan a desarrollar y trabajar cada uno de los temas tanto en la catequesis del hogar como en la sesión familiar en la comunidad.

Aunque después detallaremos su contenido y cómo se trabaja con ellas, cada ficha consta de:

  • Un título.
  • Una reflexión breve para los padres para antes de comenzar la catequesis.
  • Unos objetivos que deben considerarse, también, antes de comenzar la sesión con el niño.
  • Una serie de contenidos y actividades que siguen los pasos del acto catequético.
  • Unas conclusiones que tratan de interiorizar lo que se ha abordado en la      sesión.

Todas las catequesis tienen un molde común para que nadie se pierda, tanto en el desarrollo en casa como en el encuentro familiar de la comunidad.

Manual rápido de funcionamiento

Paso 1: Propuesta. Ante la demanda por parte de la familia de la catequesis de “primera comunión” para su hijo o hija, se les propone este proceso de iniciación cristiana, en clave de catequesis familiar.

Este primer contacto y propuesta cristaliza en un encuentro inicial con todas las familias que han aceptado el compromiso. En este encuentro inicial se les explica el proceso, se les presenta el material, se aclara el modo de trabajar el material en casa, etc. y se les entrega la primera ficha de trabajo.

Paso 2: Catequesis en casa. Durante un mes, para dar el suficiente tiempo, se trabaja la ficha en casa.

Paso 3: Catequesis en la comunidad. Todas las familias se reúnen con un catequista-animador y se pone en común lo trabajado en casa. Se trata de “revivir” juntos (padres e hijos) el contenido de la ficha. En un segundo momento de la sesión, los padres, ya sin la presencia de los niños, comparten sus dificultades, logros, experiencias y descubrimientos. Al final, se les entrega una nueva ficha para la catequesis en casa del siguiente mes.

Paso 4: Inserción en la comunidad cristiana. A lo largo del proceso las familias irán acrecentando su participación en la vida de la comunidad cristiana (celebraciones, convivencias, actividades…), de modo que el fin no sea tanto la celebración de los sacramentos de iniciación (aunque estos constituyen hitos importantes), sino más bien su incorporación plena como familia cristiana en el seno de la comunidad eclesial.

La experiencia ya vivida nos confirma que la buena disposición, el sentido común y el ser ellos, padres e hijos, los protagonistas harán posible la salida, el recorrido y, por qué no, la llegada del tren de la catequesis familiar a un buen destino: la vivencia de la fe cristiana

 

El proceso de la catequesis familiar

u La puesta en marcha del proceso de la catequesis familiar

¡  Anuncio

A inicios de curso, se anuncia el comienzo de la catequesis familiar y la de los demás grupos de la comunidad (parroquia, colegio, movimiento…) y se invita a inscribirse.

 

¡  Petición individual

Al manifestar el deseo por parte de alguno de la familia del niño (padre y madre; o uno de ellos, sin oposición de una parte; o también quien tenga la tutoría), al hacer la demanda individual para sus hijos se les acoge con afecto y se les felicita porque quieren “iniciar a sus hijos en la fe cristiana”.

̶        El trato individualizado y con delicadeza es capital a la hora de empezar. Algunas familias pueden venir con la idea de “aparcar” a su hijo o hija o con ideas confusas y sin planteamientos cristianos. Otras, en cambio, desean decididamente llevar a cabo el compromiso del sacramento del Bautismo y del sacramento del Matrimonio.

̶        A continuación, se les plantea el significado de la primera comunión y se les propone el primer anuncio como buena noticia para toda la familia  para que ellos mismos, con referencia y apoyo de la parroquia, realicen la catequesis.

̶        Después que demandan la catequesis de la “primera comunión”, se les da una carta invitación y una carta del obispo sobre el sentido de la fe hoy, para que la reflexionen en casa y dentro de un plazo señalado se les invita a un nuevo encuentro para que se formalice la inscripción.

¡  Inscripción

Este segundo contacto debe servir para:

̶        Aclarar la situación de fe y su firme compromiso de iniciar un proceso para encontrarse con Jesucristo y la Iglesia.

̶        Concretar y “amarrar” este primer compromiso con los que quieren dar el paso. En estas comunidades ya tienen referencias de otras familias que están metidas en el proceso familiar.

̶        Formalizar la inscripción.

̶        No se debe comenzar el grupo de familias hasta que no se aclare el “nuevo estilo” y se implique a cada una de ellas.

 

  El encuentro inicial con todos los padres

Después de la entrevista, se concierta un encuentro en grupo con todos los que quieren comenzar la experiencia de catequesis familiar (no más de 10 o 12 en cada grupo).

  1. 1.    Presentación del proceso de la catequesis familiar

En esta ocasión, sin la presencia de los hijos, se trata de explicar a todo el grupo de padres el qué, el cómo y el para qué de la catequesis.

̶        Se les aclara la finalidad y el sentido de la catequesis familiar y su metodología.

̶        Se les presenta el catecismo Jesús es el Señor.

̶        Se dan pistas para disfrutar la catequesis de iniciación cristiana en familia:

–       Es una gran suerte.

–       Es lo propio de padres que han bautizado a sus hijos.

–       Lo van a pasar muy bien.

–       Los hijos estarán muy dispuestos y receptivos y ellos mismos se motivarán.

–       Es una gran ayuda para formar una familia cristiana.

–       No es “para hacer la primera comunión”.

̶        Se presentan unos principios catequéticos, con medios audiovisuales, si es posible:

–       La finalidad de la catequesis como experiencia de encuentro con el Dios de Jesucristo y como una experiencia de fe eclesial.

–       Las tareas para realizar esta finalidad: conocer, celebrar, vivir y anunciar.

–       El cambio de mentalidad y de costumbres.

–       El cambio de vocabulario. En lugar de primera comunión, se habla de iniciación cristiana.

–       La catequesis de iniciación es responsabilidad de ellos como padres que pidieron el Bautismo para sus hijos.

–       La metodología y los pasos del acto catequético.

–       El gran valor testimonial de la propia implicación de cara a los hijos.

  1. 2.    Entrega del material

̶        Se presenta el primer tema y se entrega el material. Bien puede ser la carpeta entera o únicamente la primera ficha de trabajo, quedándose el resto en la parroquia y entregándose según vaya correspondiendo.

̶        Se describe en qué consiste el material y cómo es la ficha de trabajo (para ello puede servir la explicación que hay en las páginas XX-XX de este cuadernillo) y se indica cómo realizar con ella tanto la catequesis en el hogar como la sesión conjunta en la comunidad cristiana.

̶        Se especifica que se dispone del siguiente mes para hacerse la primera catequesis familiar en casa. Se recomienda que se lleve a cabo dentro de un ambiente propicio, es decir, un momento tranquilo, en un lugar tranquilo, con la implicación de todos los miembros de la familia y con tiempo por delante.

̶        Se concierta día y hora (buscando el consenso de todos) para tener la catequesis familiar en la comunidad y poner este primer tema en común. Aquí ya se requerirá la presencia de los hijos.

v La catequesis familiar en el hogar

Este es quizá el momento más enriquecedor e innovador de nuestro planteamiento. Somos conscientes de que no es fácil por muchas razones que, en muchas ocasiones, están más allá de la dinámica familiar (horarios laborales, situaciones familiares diversas, etc.); sin embargo, un buen funcionamiento de la catequesis en casa, dará buenos frutos no solo para la iniciación de la fe sino también para la propia vida del núcleo familiar.

¡  El método de trabajo

Para afrontar la catequesis en el hogar y recordar cómo es la dinámica de trabajo de la misma, se puede ver la descripción de las fichas que se recogen en las páginas XX-XX de este cuaderno.

¡  Recomendaciones

  • Escogemos el día para hacer la sesión en casa. Los padres deben preparar antes el tema sin los hijos, para ver lo que deben hacer y cómo tienen que hacerlo. Las fichas lo irán aclarando.
  • Hay que conocer bien el mensaje del tema. Para ello, debemos leer tanto la ficha como el tema del Catecismo antes de comenzar con el niño o la niña. Es necesario, pues, relacionar la ficha con el tema que corresponde.
  • El niño debe estar bien dispuesto. Debe pintar o colorear lo que se le mande. Puede hacerlo en una hoja o cartulina aparte.
  • Las experiencias sugeridas hay que mimarlas para que el acto catequético cumpla su finalidad.
  • Hay que tener un cirio digno disponible para encenderle cuando empiece la expresión cristiana, es decir, el momento que corresponde a las oraciones.
  • El apartado “Para interiorizar” es muy importante. Se debe rellenar siempre. Puede hacerse bien inmediatamente después de la sesión en casa o bien unos días antes de la sesión en la comunidad (a modo de recordatorio). Será la herramienta principal para la sesión comunitaria, un instrumento de diálogo con las otras familias implicadas en la catequesis familiar.

–       El apartado para el niño hay que dejar que lo haga él, aunque con la ayuda de los padres.

–       El apartado de la reflexión de los padres es para realizarlo juntos, en pareja. Se debe escribir en los lugares destinados para ello, aunque debido al poco espacio pueden anotarse palabras claves que sirvan para una exposición más detenida en la sesión conjunta.

 

 La catequesis familiar en la comunidad

Primera parte: Padres e hijos

Nos reunimos en el día y hora señalados (el correo electrónico y el teléfono funcionan muy bien para consensuar y para imprevistos).

La sesión es conjunta: padres e hijos, se reúnen en la comunidad con el sacerdote o el catequista. En esta ocasión, sí que son protagonistas los padres con los hijos.

Es el momento en que todos los sentimientos actitudes, aprendizajes, compromisos, etc., van saliendo, creciendo y madurando en línea personal y eclesial.

  • La ambientación

Se colocan los hijos en medio, de modo que todos nos veamos las caras, sin mesas delante, formando como una plaza. Los niños, a veces, mostrarán a todos algún gesto, dibujo, etc.

  • El desarrollo

̶        Después de los saludos y de tener el tema delante, se pregunta a los niños el título del tema.

̶        Empezando por una punta cada padre o madre lee un párrafo de “Para reflexión de los padres” y se va comentando.

̶        Se comentan los objetivos (“Nos proponemos”) para que todos tengan claro qué fines perseguimos con el tema y se pueda comprobar si han sido alcanzados.

̶        Se va siguiendo la ficha-guía, rememorando lo que se ha vivido en casa.

̶        La sesión con los hijos concluye con la puesta en común del apartado “Para interiorizar” correspondiente al niño. Esta hoja es muy sustanciosa cuando se ha hecho bien la catequesis en casa. Las coincidencias son muy notables y animan a todos.

̶        Terminado esto, los niños van a jugar. O bien, un voluntario o voluntaria, o bien uno de los padres o madres, deben acompañarles. Se hacen juegos colectivos clásicos organizados u otras dinámicas.

¡  Segunda parte: Solamente los padres

Una vez bien situados y ocupados los niños en lugar aparte, comenzamos este segundo momento.

  • Puesta en común. Se comparte lo que ha pasado en casa y lo que ha pasado en la sesión comunitaria. Desde la experiencia vivida es muy fácil.
  • Compartimos la sección “Para interiorizar”, en lo referente a los padres.

–       El animador, con mucho respeto, va ayudando a todos a que se expresen. Los que no quieran expresarse, sobre todo al principio, deben ser respetados.

–       Van saliendo las situaciones, los intereses, las actitudes.

–       Si sale algún problema, si se puede, se trata en común; si no, se habla con la persona que lo expuso fuera de este momento.

–       Al final, para que todo el mundo participe, se suele hacer esta pregunta: “¿Cómo te has sentido? ¿Por qué?”

  • Se indica el nuevo tema que va a ser  abordado en el mes siguiente. Si el material ha quedado en la comunidad, se  entrega la ficha correspondiente. Por último, se dan los avisos y se pone la fecha de la próxima catequesis comunitaria.

Al terminar el encuentro, las familias se suelen quedar hablando. Así, siguen haciendo amistades ellos y sus hijos. Este momento es también parte importante de la buscada inserción en la comunidad.

 

El papel del catequista-animador

  • Ofrecer una calurosa acogida a la llegada.
  • Preparar detenidamente el tema.
  • Hacer funcionar a padres e hijos, siguiendo el guion de la ficha.
  • Ser ágil en la dinámica.
  • Saber valorar siempre; no despreciar ninguna respuesta sino, en todo caso, reconducirla.
  • Nunca humillar a nadie.
  • Hacer disfrutar la experiencia humana y cristiana y ayudar a que padres e          hijos tengan una experiencia gozosa de oración, tanto en la sesión de la parroquia como en el hogar.
  • Conseguir la finalidad de la catequesis en cada tema.

 La inserción en la comunidad cristiana

Como indicábamos antes, el fruto de una verdadera iniciación cristiana es la incorporación en la comunidad eclesial. Todo el que se ha adherido a Jesucristo por la fe y se esfuerza por consolidar esta fe mediante la catequesis, tiene necesidad de vivirla en comunión con aquellos que han dado el mismo paso. La catequesis corre el riesgo de esterilizarse, si una comunidad de fe y de vida cristiana no acoge al catecúmeno en cierta fase de su catequesis.

¡  Comunión y misión

Pero esta acogida e incorporación ha de ser activa, ha de conducir a dar gratis, lo que se ha recibido gratis (cf. Mateo 10,8). Si hace bien, los cristianos tendrán interés en dar testimonio de su fe, de transmitirla a sus hijos, de hacerla conocer a otros, de servir de todos modos a la comunidad humana. Comunión y misión son los dos frutos de una buena iniciación en la fe.

Si esta iniciación se ha hecho en familia, como proponemos, el resultado lógico es que la familia entera se termine insertando a la comunidad cristiana. Esta es la experiencia de la que somos testigos. Y estas familias terminan siendo responsables y testigos para otras familias que comienzan la catequesis familiar.

¡  La referencia de la comunidad cristiana

Por eso, creemos muy importante y decisivo que las familias que emprendan esta experiencia tengan la continua referencia de la comunidad cristiana que les acoge; de modo que no se limite a la sesión de catequesis mensual celebrada en la parroquia o comunidad, si no que puedan participar de toda la rica vida de la comunidad: celebraciones, actividades, grupos de formación, acciones de voluntariado…

¡  La participación en la eucaristía dominical

A este respecto, adquiere gran relevancia la participación de las familias en la eucaristía dominical. Será un momento importante en este proceso, sirviendo de hilo conductor y guía entre los distintos encuentros. Es fundamental, por tanto, que:

  • Se anime en las sesiones de catequesis en la comunidad la participación en la asamblea eucarística por parte de las familias.
  • La eucaristía dominical ofrezca espacios y ocasiones para que aquellos que estén implicados en la catequesis familiar, puedan participar de manera activa.

EL TREN DE LA CATEQUESIS FAMILIAR 

2. JESÚS ES EL SEÑOR

JUAN CUEVAS GUTIERREZ

DELEGACIÓN DIOCESANA DE CATEQUESIS

DIÓCESIS DE SANTANDER