Lectura creyente de la Biblia «Lectio Divina».

 20090908

REPORTAJE POPULAR TV

El itinerario de lectura creyente de la Bíblia parte de la vida para volver a ella, después de ser iluminada por la Palabra de Dios.

Se apoya en tres claves:
– Es una lectura comunitaria, lo que exige una actitud de apertura y sencillez.
– Es una lectura creyente, es decir, realizada desde una actitud de apertura a Dios.
– Es una lectura abierta a la conversión, dejándose el lector transformar por la misma Palabra de Dios.

Tomando como punto de partida el método tradicional de la «Lectio Divina», este itinerario quiere ser una actualización que facilite la lectura de la Biblia en un pequeño grupo. El ritmo viene marcado por la repetición en cada paso de la sesión de tres elementos: la lectura del texto, un momento de silencio y, finalmente, un tiempo para compartir con los demás participantes.

La dinámica que se desarrolla con los grupos diseminados por las parroquias, se inspira en el proceso de la “Lectio Divina” (La Palabra del Señor), desde donde se busca que la Palabra “sintonice con el creyente e ilumine” su vida en la realidad histórica en la que le toca vivir.

Para ello, se señalan dos claves fundamentales para desarrollar los encuentros que suelen ser semanales o quincenales: que sea en grupos y que se desarrollen en un clima de oración.

La Lectura creyente de la Palabra de Dios es una experiencia bíblico-pastoral que se viene desarrollando cada curso eclesial y que nació en la Diócesis de Santander como un instrumento de preparación para el Jubileo Universal del año 2000 de la venida de Cristo; pero que después ha continuado como un “servicio valioso” y permanente para la comunidad.

La Lectura Creyente en grupos ha sido una experiencia de “riqueza espiritual” para la Iglesia diocesana, vivida por un colectivo muy importante del Pueblo de Dios. Con la experiencia de los años, se ha observado la necesidad de avanzar en la integración de esta actividad bíblica dentro de un plan ordenado y que responda a una pastoral diocesana. Así, se ha tratado de pasar de una actividad bíblica concreta a un proyecto a largo plazo concebido “con objetivos y tareas” con el fin de ir “dando respuesta” al deseo del Concilio Vaticano II (1962-65) que alentó a que la Palabra de Dios fuera, “en verdad, el alma” que anime a toda la pastoral y a la vida de la Iglesia diocesana.


 Itinerario bíblico para una lectura creyente de la Palabra.

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En un primer momento se propuso hacer una lectura seguida del evangelios  de Marcos. Es el evangelio más antiguo, y también el que contiene un relato más interpelante. Los dos ejes sobre el que gira son también aquellos en los que nosotros necesitamos profundizar más en un proceso evangelizador. El primero es el descubrimiento de Jesús, y el segundo el discipulado.

La pregunta sobre Jesús atraviesa todo el evangelio, pero las respuestas se van dando poco a poco. Por eso leer despacio este evangelio nos obligará a preguntarnos cuál es nuestra propia respuesta , personalmente y como comunidad cristiana, y a contrastarla con las respuestas que se dan a lo largo del evangelio.

Marcos cuenta su llamada y su envío, y los presenta caminando detrás de Jesús. Pero también ha dejado reflejada su incomprensión, sus dificultades, su huida. No son héroes lejanos, sino discípulos como nosotros. Por eso muchas veces nos reconoceremos en su respuestas a Jesús, en sus dudas y en sus dificultades, y junto a ellos haremos el camino que han hecho todos los discípulos en todos los tiempos.

El segundo año de este itinerario bíblico elegimos la lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, porque nos ofrecía un texto narrativo atrayente, y unos contenidos teológicos muy vigorosos. Además, pensamos que la lectura de Hechos puede servir de complemento a la del evangelio de Lucas que se lee en el ciclo B de la liturgia dominical, pues como se sabe ambos libros son dos tomos de una misma obra.

El libro de los Hechos tiene como principal protagonista al Espíritu Santo. Él es quien desde el principio pone en marcha la evangelización, impulsando y asistiendo a los que dan testimonio de Jesús; y Él es también quien consolida la comunidad cristiana y la ilumina en los momentos de dificultad. Según el libro de los Hechos, el Espíritu Santo está íntimamente vinculado a la experiencia comunitaria y misionera de los primeros discípulos de Jesús.

El tercer año teníamos que buscar un escrito que nos ayudara a descubrir el rostro del Padre, y finalmente elegimos el evangelio y las cartas de San Juan, por diversas razones.

La primera de ellas es que es estos escritos, sobre todo en el evangelio, es donde más se habla del Padre, de su proyecto de amor sobre la humanidad, de la relación de Jesús con Él.

Por otro lado, los escritos de San Juan constituyen, dentro del Nuevo Testamento, una tradición distinta a la representada por Marcos y Hechos, que son los libros que hemos leído en estos dos últimos años.

La lectura de estos escritos puede ayudarnos a enriquecer nuestra experiencia cristiana porque nos ofrece una visión complementaria a la que ya conocemos.

El Apocalipsis es uno de los libros más enigmáticos y complejos de toda la Biblia. Fue escrito hace muchos años para las comunidades cristianas de Asia Menor, pero con el paso del tiempo la situación en que nació se nos ha ido haciendo cada vez más lejana, y su mensaje ha ido perdiendo la nitidez que tuvo para sus primeros destinatarios. Y sin embargo, es un libro de tremenda actualidad.

El cine y la literatura siguen utilizando sus atrevidos símbolos e imágenes. Muchos grupos religiosos fundamentan en él sus previsiones sobre la fecha del fin del mundo o el número de los que se salvarán. como ya ocurrió a finales del primer milenio, el Apocalipsis se puso de moda en el final del milenio.

La actualidad del Apocalipsis, y sobre todo, la utilización por algunas sectas, tergiversando el sentido de sus afirmaciones,  ha sido una de las razones que nos han movido a proponer la lectura de este libro.

Pero el motivo principal para proponer esta lectura es que el mensaje de este libro es de gran actualidad para los cristianos de hoy.

Una de las razones que nos han movido a proponer este año la lectura del evangelio según san Mateo es la de ir completando las guías de la lectura de los cuatro evangelios.

El evangelio de Mateo tiene su propia personalidad. No es extraño que su autor emprendiera la tarea de componer otro evangelio cuando las comunidades ya tenían el de Marcos. Tal vez les moviera a ello el hecho de que Marcos no había incluido importantes tradiciones sobre Jesús, principalmente sus dichos y parábolas. Aunque también es probable que Mateo compusiera su evangelio porque la situación de s u comunidad  era diferente y no le resultaba fácil encontrar orientación en el evangelio de Marcos. En todo caso Mateo elaboró una obra ordenada y bien estructurada, en la que se intercalan las palabras y las acciones de Jesús; una obra con especial sensibilidad para la situación que estaba viviendo su comunidad.

La situación de esta comunidad no era fácil, pues vivían en un ambiente adverso que les planteaba muchas preguntas. En esto se parece un poco aquella situación a la nuestra, y eso hace que la lectura de este evangelio pueda resultarnos interesante e iluminadora.

Los escritos proféticos, por su temática y vigencia actual, son los libros más apropiados para comenzar este itinerario de tres años por el Antiguo Testamento.

A través de estos libros iremos conociendo la situación concreta en que vivía el pueblo de Israel y la respuesta que, como voz de Dios, dieron los profetas. El diálogo con aquella experiencia de fe nos hará pensar en nuestra forma de vivir y nos ayudará a responder a los problemas que se plantean en nuestro mundo, para que nos constituyamos hoy en profetas, voz de Dios.

Dios habla al ser humano de muchas maneras: una puesta de sol, la muerte de un ser querido, el amor de los esposos, el gozo de compartir la vida. Todo acontecimiento dela existencia humana, contemplando con los ojos de Dios, es una Palabra del Señor que penetra nuestra vida, transformándola.

2

El pueblo de Israel vivió profundas experiencias en su historia: la salida de Egipto,la conquista de la tierra prometida, el dolor del exilio… Pero, además, supo contemplar esos avatares de su historia con los ojos de Dios y, más tarde, los fue poniendo por escrito hasta formar el Antiguo Testamento. Por eso, el AT no es sólo un libro de istoria antigua: narra desde la perspectiva creyente cómo el pueblo hebreo percibió su existencia entretejida por las manos de Dios.

En el año 2000  salió a la luz Cartas para el camino, nuestra primera aproximación a las cartas de san Pablo. Éramos conscientes de que en el itinerario que estábamos realizando a través de distintos libros de la Biblia no podíamos prescindir de estos escritos, los más antiguos y vigorosos de todo el Nuevo Testamento.

Cuando decidimos afrontar la realización de este nuevo libro sobre los escritos de Pablo, el problema de la elección de las cartas  que debíamos trabajar estaba prácticamente resuelto. del estudio de las cartas generalmente atribuidas  por los estudiosos directamente al apóstol, solamente nos quedaban cuatro: Romanos, Gálatas, Filipenses y Filemón.

Las tres primeras son las «más teológicas», atendiendo a que en ellas Pablo expresa de forma bastante sistemática las líneas maestras de su pensamiento: la fe como puerta hacia la salvación que Dios ofrece, la nueva vida fundada en Cristo, la libertad del creyente respecto de la ley, las relaciones basadas en el amor, el papel de la Iglesia en los planes de Dios… La cuarta -dirigida a Filemón- es un brevísimo documento que manifiesta la calidad humana de Pablo y la respuesta de la Iglesia naciente al problema de la esclavitud.

La lectura de estas cartas nos introducirá nuevamente en la situación de las comunidades en los primeros años del cristianismo. Recordar las dificultades que superaron, observar los aspectos de su vida que aparecen especialmente acentuados, repasar las exhortaciones de Pablo a esos cristianos tan queridos para él… nos llevará a profundizar en uestra propia experiencia de fe y a iluminar la realidad que viven nuestras comunidades en los albores del siglo XXI.

 Casa de la Bibliaeditorial verbo divino

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