Entrevista a nuestro obispo D. Manuel, en el Diario Montañés: «…esta Diócesis se apoya sobre tres pilares básicos; la formación que se ofrece en el Seminario cada inicio de curso, unas jornadas a las que asisten más de 200 personas con regularidad; el trabajo que hacen los integrantes de los grupos de lectura de la Biblia, que reúnen a un millar de personas; y, por supuesto, la religiosidad popular, en especial la gran devoción que existe por la Virgen del Carmen, muy extendida en toda la Diócesis».

Sánchez Monge posa en la sede del Obispado de Santander. / Alberto Aja El Diario Montañés.

Reproducimos el contenido de la entrevista, que ha publicado el domingo 9 de Septiembre de 2018 el Diario Montañés, a nuestro Obispo.

Llegado al mundo de la mano de su melliza Raquel, en la calidez de un hogar palentino con profundas convicciones cristianas, Manuel Sánchez Monge (Fuentes de Nava, abril de 1947) no sería hoy quien ha resultado ser si no fuera por la tabarra que le dio al cura de su pueblo para que le ordenara monaguillo sin tener todavía la edad suficiente para serlo. Y tampoco lo sería, seguramente, si no fuera por la personalidad que le imprimió a su perfil adolescente llegado el momento de decidirse para andar el camino que lleva a Dios saltando por encima de sus dudas. «La sola idea de tener que renunciar a una familia me hizo titubear», se confiesa hoy desde las alturas. «Pero creo que ha valido la pena», zanja satisfecho aquel monaguillo, hoy obispo de Santander.

–Con la perspectiva del tiempo, ¿reconoce ahora la Diócesis que esperaba encontrarse cuando llegó?
–Sí. Con sus fortalezas y con sus debilidades.
–¿Cuáles son?
–¿Sus fortalezas?
–Si quiere empezar por ahí…
–Pues mire, creo que esta Diócesis se apoya sobre tres pilares básicos; la formación que se ofrece en el Seminario cada inicio de curso, unas jornadas a las que asisten más de 200 personas con regularidad; el trabajo que hacen los integrantes de los grupos de lectura de la Biblia, que reúnen a un millar de personas; y, por supuesto, la religiosidad popular, en especial la gran devoción que existe por la Virgen del Carmen, muy extendida en toda la Diócesis.
–¿En toda?
–Créame si le digo que esa devoción traspasa las fronteras de las parroquias marineras.
–¿Diría que en Cantabria se percibe el ‘humus’ religioso?
–Sí, sobre todo por esto que le digo, porque hay una religiosidad popular honda y cuidada.
–¿Más o menos honda y cuidada que las de otras comunidades?
–No creo que si nos comparamos encontremos diferencias notables, aunque cada región tiene sus peculiaridades, claro.
–Lleva en la mano un ejemplar del nuevo Plan Pastoral.
–Aquí lo tengo, sí.
–¿Qué es?
–Es un instrumento con el que pretendemos organizar el trabajo que realizan las parroquias y los distintos movimientos y colectivos eclesiales y diocesanos.
–¿Organizar?
–Sí, organizar, porque a veces es un poco improvisado.
–¿Y cuál va a ser el eje motor?
–La nueva evangelización.
–Ya.
–El Papa Francisco insiste en que las diócesis deben ser misioneras, en que no podemos conformarnos con vivir la fe sino que, además, tenemos que extenderla a otras personas ayudándolas en lo posible a iniciar su relación con Jesucristo y su periodo de conversión.
–Pues con la que está cayendo…
–¿Por qué lo dice?
–Porque no parece que la Iglesia atraviese por su mejor momento.
–Es una institución muy sólida que siempre ha sabido sobreponerse a las adversidades.
–¿Podemos hablar de ellas?
–Pregunte.

PEDERASTIA
–La Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el tribunal vaticano encargado de investigar los casos de abusos sexuales a niños en el seno de la Iglesia Católica, ha estudiado 3.400 denuncias y apartado a 900 curas del sacerdocio en los últimos 15 años.
–Así es.
–¿A usted, monseñor, qué le sugieren estas cifras?
–Es una situación muy dolorosa para todos los que formamos la Iglesia, una cuestión a la que indudablemente no podemos restarle importancia porque la tiene y mucha. Pero también quisiera subrayar que no todos los sacerdotes son pederastas y que, muy al contrario de eso, la historia está llena de sacerdotes santos y mártires.
–¿Cree que la Iglesia ha reaccionado mal y tarde a ese escándalo?
–La tolerancia cero con la pederastia se puso en práctica a partir del pontificado del Papa Benedicto XVI. A lo mejor los que estaban antes no supieron… No sé. En todo caso, tenemos que reaccionar con rotundidad y colaborar plenamente con los tribunales eclesiásticos y civiles. Con esto no se puede jugar.
–¿Hasta qué punto cree que ha afectado a los cimientos de la Iglesia el impacto provocado por los casos de pederastia?
–Si la implicada en este escándalo fuera otra institución que no estuviera dirigida por el Espíritu Santo, ya habría caído.

VOCACIONES
–Esta crisis coincide en el tiempo con una alarmante falta de vocaciones sacerdotales que está obligando a la Iglesia a reclutar curas de otros países.
–Sí, un problema que no podemos atribuir a un único factor sino a la combinación de varios.
–Que son…
–Pues el ambiente de secularización que se respira en España y Europa, la baja natalidad, la falta de determinación que tienen los jóvenes, a los que les cuesta tomar decisiones que van a ser para toda la vida, el prestigio social del sacerdote, que ha disminuido y ya no tiene la fuerza que tenía antes…
–La edad media del clero español es de 65 años.
–65,5, sí.
–Y el número de seminaristas no crece lo deseable.
–Lamentablemente, no.
–Con estos datos sobre la mesa, ¿qué futuro cree usted que le aguarda a la Iglesia?
–La Iglesia está trabajando y preparándose a conciencia para el futuro porque, como podrá comprender, lo último que desea es que la pille desprevenida, mirando a otro lado. Con todos los problemas que tiene, no se lo puede permitir.
–No, claro.
–En ese sentido, se están promoviendo iniciativas como la formación y la participación de los seglares en la vida diaria de la Iglesia, la unión de parroquias pequeñas… Estamos dando pasos.
–¿Y no cree que debería adoptar medidas algo más contundentes?
–¿Por ejemplo?
–Pues, no lo sé, el fin del celibato, una mayor participación de la mujer… Medidas que atraigan a quienes el actual sistema eclesiástico hace dudar.
–El ministerio sacerdotal no tiene una identidad que la Iglesia pueda cambiar con el paso de los tiempos porque, de alguna manera, sus elementos son de institución divina. Uno de ellos, por ejemplo, es precisamente ese, que el sacerdocio es para varones y no para mujeres. Pero, aún admitiendo que hay aspectos que se pueden cambiar respetando la identidad de la Iglesia, yo pienso que no se trata de rebajar las exigencias y adaptar el sacerdocio a los tiempos modernos.
–¿De qué se trata entonces?
–La crisis de vocaciones va unida a la crisis de fe débil, de fe vacilante, así que, a mi manera de entender, la cuestión no es salir a buscarlas sino proyectar comunidades en las que exista un gran entusiasmo por vivir y por anunciar el Evangelio donde esas vocaciones puedan surgir por sí mismas.
–Ha dicho que hay aspectos que se pueden cambiar.
–Lo he dicho, sí.
–¿La intransigencia de la Iglesia con respecto al matrimonio entre dos personas del mismo sexo podría ser una?
–Ese es un tema que no se puede tocar. A ver. Una cosa es que se unan y otra muy distinta es que se casen. Que los homosexuales se unan y vivan juntos es una cuestión de ámbito civil que nosotros respetamos. Pero, para la Iglesia, el matrimonio, el sacramento del matrimonio, es y supongo que va a seguir siendo, entre un hombre y una mujer.
–¿Usted casaría a dos homosexuales si con ello no contraviniera las normas de la institución?
–Yo cumpliré siempre las normas porque soy quien debe cumplirlas y quien debe pedir a los demás que las cumplan.
–Ya, pero…
–… Otra cosa es la valoración que la Iglesia tenga de la homosexualidad, que, a ojos de la institución, no es una condición que a una persona le haga apartarse de la comunidad. Con esto digo que los homosexuales también tienen un lugar en la Iglesia y muchas posibilidades incluso de apostolado.

AGRESIONES
–¿Admite que la Iglesia católica debería venderse mejor?
–Sí. Creo que deberíamos de dar a conocer más la labor de la Iglesia porque, a veces, el trabajo que realiza es tan silencioso que la sociedad apenas lo percibe.
–¿Y que debería defenderse de las agresiones que se vienen sucediendo en los últimos años?
–Defendernos, sí, pero no creo que debamos hacerlo con las mismas armas que usan quienes nos atacan. A la Iglesia se le suele atacar con mentiras o con medias verdades y nosotros no podemos defendernos de igual manera.
–No me irá a decir que a usted no le duelen determinadas actitudes, algunas de ellas tan ultrajantes como desnudarse en una iglesia.
–¿Cómo no me van a doler?
–¿Le hacen pensar?
–Sobre todo en la falta de respeto que existe hacia la libertad religiosa de las personas, que es un derecho de todos y no sólo de algunos. Incluso de aquellos que no creen. Y que si los que tenemos creencias no nos metemos con los demás, igual merecemos que los demás no se metan con nosotros.
–Al hilo de la libertad religiosa, ¿qué le parece que en la Comunidad Valenciana la religión islámica sea una asignatura obligatoria y en otras comunidades autónomas, por ejemplo Cantabria, la católica sea optativa?
–Bueno, ese es un acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español que tiene que respetarse.
–Como otros tantos relacionados con la inmigración.
–Exactamente.
–¿Cuál cree que debe ser el papel que represente la Iglesia frente a este fenómeno?
–La Iglesia tiene la obligación de defender dos cosas primordialmente: la primera, el derecho de las personas a vivir en su territorio de origen y a no tener que marcharse de allí; y la segunda, la obligación de acoger a quienes desgraciadamente se ven en la necesidad de hacerlo. Ahora bien, esta fase, la de acogida, debe ser sensata.
–Eso corresponde al Gobierno.
–Que no debe olvidar que, a veces, quien recoge a estas personas y las ayuda a integrarse en la sociedad es Cáritas y es la Iglesia.

MEMORIA
–Ahora que dice esto de olvidar, ¿qué opina de la decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez de exhumar los restos de Franco?
–Pues, ahora mismo, y con los problemas que tenemos los españoles, me parece una decisión que no tiene ninguna trascendencia.
–Memoria histórica.
–Sí, memoria histórica seleccionada, ¿verdad?
–¿Qué quiere decir?
–Que a veces sólo nos acordamos de lo que por ideología nos interesa. Una postura muy sectaria.
–A finales del pasado mes de julio, usted mismo culminó el proceso diocesano de canonización de 79 sacerdotes considerados mártires de la persecución religiosa en la Guerra Civil.
–Así, es.
–¿Cómo debe interpretarse aquella ceremonia?
–Aquella no fue, ni mucho menos, una ceremonia para renovar odios ni suscitar ningún tipo de división sino para todo lo contrario.

NACHO GONZÁLEZ UCELAY