Una religiosa española es secretaria de la Pontificia Comisión Bíblica

Sor Nuria Calduch-Benages.

Profesora de la Gregoriana, experta desde hace tiempo en Sagrada Escritura, la española Sor Nuria Calduch-Benages, de las Misioneras de la Sagrada Familia de Nazaret, nombrada por el Papa Francisco, es la primera mujer que ocupa este cargo. Participó en los trabajos de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres

Ciudad del Vaticano (Fuente: Vatican News)

Una nueva presencia femenina se alza entre las altas responsabilidades institucionales de la Santa Sede a instancias del Papa. Hoy la nueva secretaria de la Pontificia Comisión Bíblica, la primera mujer en este cargo, es una religiosa originaria de Barcelona, Sor Nuria Calduch-Benages, que entró por primera vez en el organismo vaticano en 2014 y fue reconfirmada el pasado enero para un nuevo mandato de cinco años, hasta 2025.

Su denso y prestigioso cursus honorum la habilita como biblista y desde hace diez años, tras una experiencia previa, como profesora en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde enseña Antiguo Testamento. Entre otros cargos, es profesora visitante en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, colaboradora asidua de la Federación Bíblica Católica, miembro destacado de revistas especializadas, así como miembro del Comité Científico de la revista Historia de las Mujeres (Universidad de Florencia) y de la serie «Tesis y Monografías» publicada por Verbo Divino (Estella). En 2008 participó en el Sínodo de la Palabra como experta y en 2016 el Papa Francisco la llamó a formar parte de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres (2016-2019).

Sor Nuria Calduch-Benages

Calduch-Benages:

la presencia de mujeres abre horizontes

En una entrevista, la biblista española nombrada por el Papa Francisco como secretaria de la Pontificia Comisión Bíblica -la primera mujer que ocupa este cargo- expresa su sorpresa y gratitud por esta elección.

Es una mujer que ha dedicado con pasión su vida a los estudios bíblicos. Docente de Antiguo Testamento en la Pontificia Universidad Gregoriana, experta desde hace tiempo en Sagrada Escritura, la española Nuria Calduch-Benages, de las Misioneras de la Sagrada Familia de Nazaret, ha participado también en los trabajos de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado Femenino (2016-2019). La semana pasada fue nombrada por el Papa como secretaria de la Comisión Bíblica Pontificia. Originaria de Barcelona, se incorporó al organismo vaticano por primera vez en 2014 y fue reelegida el pasado enero para un nuevo mandato de cinco años, hasta 2025. Entre otros cargos, es profesora invitada en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, colaboradora asidua de la Federación Bíblica Católica, miembro destacado de revistas especializadas, así como miembro del Comité Científico de la revista Historia de las Mujeres (Universidad de Florencia) y de la serie «Tesis y Monografías» publicada por Verbo Divino (Estella). En 2008 participó en el Sínodo de la Palabra como experta.

¿Cómo recibió el nombramiento de Secretario de la Comisión Bíblica Pontificia y qué relevancia tiene el hecho de ser mujer en este cargo?

R. – Dos palabras pueden resumir mi reacción. Por un lado, sorpresa, porque nunca hubiera imaginado recibir este nombramiento y, por otro, agradecimiento a todas las personas que han confiado en mí. Creo que la presencia de mujeres en esta comisión, como en otras, es un elemento positivo y significativo que abre horizontes en la Iglesia.

¿Qué ha supuesto la experiencia de haber participado en la comisión de estudio sobre el diaconado de las mujeres?

R. – Durante unos buenos tres años, de 2016 a 2019, me dediqué, junto con los demás miembros, a estudiar el diaconado de las mujeres. Y aunque los resultados obtenidos se consideraron en cierto modo parciales, la experiencia vivida fue muy enriquecedora tanto desde el punto de vista intelectual y eclesial como humano. Creamos entre nosotros relaciones de amistad y colaboración que continúan hasta hoy. Y esto lo considero un privilegio.

La Sagrada Escritura está en el centro de sus estudios. ¿Cuál cree que es la contribución específica que las mujeres pueden aportar al estudio de la Palabra de Dios?

R. – Su competencia, sus intereses y su perspectiva. Piénsese, por ejemplo, en el estudio de las figuras bíblicas femeninas, sus historias, el uso de metáforas femeninas, la hermenéutica feminista y muchos otros aspectos. Hace cuarenta años, cuando las mujeres biblistas eran casi invisibles, estos temas y enfoques de las Escrituras no se contemplaban en los círculos bíblicos. Sin embargo, hoy son muy apreciados por todos, hombres y mujeres, y las publicaciones son cada vez más numerosas.

Usted enseña el Antiguo Testamento. Débora, Ester, Judit… Las figuras femeninas son centrales en estos libros de la Biblia mostrando también una atención a las mujeres y una relevancia que se les atribuye en la historia de la salvación no indiferente en comparación con otros pueblos contemporáneos a Israel. ¿Qué visión de la mujer se desprende de estos textos?

R. – En algunos relatos bíblicos, como los que ha mencionado, las mujeres aparecen como verdaderas protagonistas de la historia de Israel, con una importante misión que cumplir para el pueblo. En otros, sin embargo, son meros instrumentos del poder masculino. En otros, los autores las silencian totalmente. Así, sus historias no se cuentan y, por tanto, no podemos escuchar su voz. Esta es nuestra principal dificultad. Además, los textos bíblicos -no lo olvidemos- son textos muy antiguos en los que se describe a las mujeres según los arquetipos de cada época y según el punto de vista androcéntrico de los autores.